El Primer Tercio

El Primer Tercio de la Lidia:
La Suerte de Varas

La tauromaquia es un arte milenario lleno de rituales y tradiciones, y dentro de su estructura, el primer tercio, conocido como el de picas, desempeña un papel fundamental. Se trata de un momento clave en la lidia, en el que se comienza a medir la bravura del toro y a templar su impetuosidad mediante los puyazos aplicados por los picadores.

El Objetivo del Primer Tercio

El propósito principal de la suerte de varas es reducir la fiereza inicial del toro, ahormar su embestida y prepararlo para los siguientes tercios de la lidia. Los picadores, montados a caballo y provistos de una vara con puya, deben controlar la acometida del toro sin causarle un castigo excesivo, logrando el equilibrio perfecto entre el temple y el respeto a la bravura del animal.

Caballos de Picar. Cuadra de Caballos Centenaria, Enrique Peña. Maestranza de Sevilla
Caballos de Picar. Cuadra de Caballos Centenaria, Enrique Peña. Maestranza de Sevilla

Evolución Histórica de la Suerte de Varas

En el siglo XVIII, los picadores iniciaban la lidia posicionándose cerca de la puerta del toril, desde donde afrontaban al toro a "toro levantado". La evolución de la fiesta hizo que esta forma de picar fuera cambiando con el tiempo, regulándose cada vez más.

A partir del reglamento de 1917, se establecieron normas concretas sobre la colocación de los picadores, especificando su posición exacta en la plaza antes de la salida del toro. En 1930, se introdujo la disposición de que los picadores no debían entrar en el ruedo hasta que el toro estuviera fijado con el capote, eliminando la suerte de picar a toro levantado.

El Papel de los Picadores y su Posicionamiento

Según las normativas modernas, los picadores deben situarse a cinco metros de la puerta de toriles, guardando una distancia adecuada entre ellos para evitar choques innecesarios. El picador más joven se coloca en primer término, mientras que el más veterano queda en segundo lugar. La correcta colocación y ejecución de la suerte es crucial para garantizar una lidia ordenada y fluida.

Caballos de Picar. Cuadra de Caballos Centenaria, Enrique Peña. Maestranza de Sevilla
Caballos de Picar. Cuadra de Caballos Centenaria, Enrique Peña. Maestranza de Sevilla

El Tercio de Varas como Prueba de Bravura

Más allá de su función técnica, la suerte de varas es también una prueba pública de la bravura del toro. A través de los puyazos, se valora su resistencia, fijeza y acometividad, aspectos que determinan su calidad como animal de lidia. El presidente de la corrida es el encargado de evaluar si el toro ha cumplido con los requisitos para pasar al siguiente tercio, ajustándose a normativas históricas como la aplicación de banderillas de fuego si el toro muestra falta de bravura.

Reglamentación y Cambios en la Lidia Moderna

Con el tiempo, se han incorporado regulaciones para mejorar la seguridad y el desarrollo de la suerte. En 1918 se introdujo la delimitación de una línea de referencia en el ruedo que los picadores no deben rebasar, asegurando un orden en la ejecución de la suerte.

Otra evolución clave es el papel del picador reserva, quien en el pasado solo intervenía en caso de necesidad y ahora es el primero en actuar, mientras los titulares esperan su turno.

Caballos de Picar. Cuadra de Caballos Centenaria, Enrique Peña. Maestranza de Sevilla
Caballos de Picar. Cuadra de Caballos Centenaria, Enrique Peña. Maestranza de Sevilla

Importancia de la Coordinación en el Tercio de Varas

La colaboración entre los picadores y los toreros de a pie es fundamental para llevar una lidia organizada. La correcta dirección del toro en el ruedo, siguiendo siempre la valla a la derecha, permite mantener el orden y evitar accidentes, aspecto crucial para el desarrollo seguro de la corrida.

Caballos de Picar. Cuadra de Caballos Centenaria, Enrique Peña. Maestranza de Sevilla
Caballos de Picar. Cuadra de Caballos Centenaria, Enrique Peña. Maestranza de Sevilla